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Definición escuela inclusiva

    Escuela inclusiva es aquella que incluye a todos sus alumnos no sólo en el currículum sino también en el día a día. Reconoce y acepta la realidad plural de nuestra sociedad y el derecho a los niños a ser únicos. Las diferencias no son vistas como un problema sino como incentivos para el enriquecimiento de todos los implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

La UNESCO (1994) resalta:

     “La experiencia de muchos países demuestra que la integración de los niños y jóvenes con necesidades educativas especiales se consigue de forma eficaz en escuelas integradoras para todos los niños de la comunidad. Es en este contexto en el que los que tienen necesidades educativas especiales pueden avanzar en el terreno educativo y en el de la integración social. Las escuelas integradoras representan un marco favorable para lograr la igualdad de oportunidades y la completa participación, pero para que tengan éxito es necesario realizar un esfuerzo común, no solo de toda la escuela, sino también de los compañeros, padres, familias y voluntarios.”

     La inclusión supone la creación de estructuras mentales que acepten la diferencia entre los seres humanos y el establecimiento de entornos que “acomodándose a las necesidades especiales de algunas personas, se acomoden a las necesidades de todos”. Low, 1997.

 Marchesi (1994) en el camino hacia la inclusión considera, cinco factores como especialmente importantes:

- La modificación de los valores de la sociedad. Valoración de la solidaridad frente a la competencia, conciencia de la importancia del desarrollo social y de la personalidad frente a la preponderancia del logro académico. Conciencia de que la presencia de alumnos con mayores dificultades no impide el progreso de los más capaces. Los valores cívicos mayoritarios pueden contribuir a que la integración escolar se prolongue después en la integración social y laboral.

-La transformación del currículum. El currículum debe ser común para todos, adecuado al contexto social y cultural de cada centro y a las necesidades diferentes de sus alumnos y que incluya la sensibilidad hacia las diferencias como elemento importante. La educación para la diversidad debe ser el eje fundamental del currículo.

- La modificación de la cultura y de la organización de la escuela. La cultura educativa debe valorar la igualdad entre todos los alumnos, el respeto a las diferencias, la participación de los padres y la participación activa de los alumnos en su proceso de aprendizaje.

- El desarrollo profesional de los docentes. No es posible avanzar hacia las escuelas inclusivas si todos los profesores, y no sólo los maestros especialistas en educación especial, no alcanzan una competencia suficiente para enseñar a todos los alumnos. A mayor formación, mejor actitud ante la diversidad de los alumnos. 

- La revisión de la instrucción en el aula. Se requiere una actitud de revisión permanente de la propia práctica, en función del diseño de situaciones de aprendizaje que sean significativas y funcionales, que promuevan la colaboración entre los compañeros y la utilización de los medios audiovisuales e informáticos como fuente de información y motivación.