Oriéntate


Tres estilos de hacer escuela

 PARADIGMAS

    Una vez leído el artículo de Felipe Trillo nos hemos dado cuenta realmente del sentido que tiene decantarse por un paradigma u otro. Nosotras como futuras orientadoras o profesoras debemos tener claro cuáles son nuestros ideales, cual será nuestra manera de actuar, pensar… y cómo queremos guiar nuestra práctica educativa.

     Debemos decir que según en el contexto en el que te encuentres y dependiendo de la situación, los alumnos, el centro… seguramente, en muchas ocasiones, actuaremos extrayendo aspectos significativos de cada uno de los paradigmas que consideremos más oportunos en ese momento.

     Antes de posicionarnos en un paradigma queremos hacer un repaso por cada uno de ellos, aportando nuestra opinión.

    En el técnico lo importante es el cómo hacer las cosas, el qué hacer les viene dado, no se preocupan por los ideales ni si lo estarán haciendo bien o mal, aquí lo que importa es hacer lo que nos dicen con resignación o no, ya que hay muchos que piensan que esto, en lugar de ser algo malo, es una manera de disminuir responsabilidades, como comenta Trillo en su artículo “que hagan bien las cosas los demás”.

     Al profesor técnico no le gusta que nadie entre en su aula, él es el amo y señor dentro de ella, él solo tiene un objetivo “seguir el libro de texto” y no se preocupará por las necesidades de los alumnos y mucho menos por el cambio; se opone a él ya que considera que es un trabajo adicional y esto requiere de un esfuerzo que no está dispuesto a asumir.

     El paradigma práctico es, en muchos aspectos, todo lo contrario al técnico ya que en éste el profesor está dispuesto a reflexionar, a asumir responsabilidades y por supuesto trabajar para llegar al cambio. En este caso se preocupa mucho del qué y del cómo pero sobretodo del por qué hacerlo así y para qué nos servirá… Piensa que los libros de texto son un buen recurso pero no son el único. Pensamos que el práctico cuenta con la ilusión y el esfuerzo, está dispuesto a todo para hacer que las cosas salgan bien en el ámbito educativo; el único inconveniente que le vemos es que ante tanta iniciativa, tanto espíritu de lucha y mejora le falta un poco de trabajo colaborativo.

     Pensamos que el práctico es demasiado individualista no vemos correcto el lema “yo lo sé, los demás me da igual”. Nosotros como profesores, educadores, guías de los alumnos deberíamos ser los primeros en tener claro este punto: lo que yo sé lo puedo compartir con los demás, y puede que aprenden algo sobre mí y lo más importante seguramente nosotros también aprenderemos de los demás, que bonita manera de enriquecernos los unos de los otros.

    Por esta última reflexión nosotras nos decantamos más por el estilo crítico ya que comparte el espíritu reflexivo, está dispuesto a asumir responsabilidades para llegar al cambio, etc. (como en el caso de los prácticos) pero en este caso no se es tan idealista sino un poco más realista.

    Los críticos toman conciencia de las limitaciones y se dan cuenta de que todos los cambios a los que están dispuestos a llegar no son factibles a la hora de la práctica. Es importante saber las condiciones institucionales, las posibilidades y limitaciones que se tienen y reflexionar sobre la propia práctica.

    Además el estilo crítico trabaja de manera colaborativa, en cambio los prácticos no. El hecho de trabajar en comunidad los unos con los otros y en la misma dirección nos ha ayudado a decidirnos por ésta manera de actuar. Nosotras pensamos que la comunidad educativa debe tener como objetivo primordial el desarrollo de la educación, saber lo que los alumnos/as necesitan en cada momento (teniendo en cuenta su contexto) y, a partir de aquí, actuar en consecuencia.

 

 CURRICULUM

     Para nosotras el curriculum debe ser un documento flexible y abierto a cambios según el contexto en que nos encontremos, las circunstancias y características del centro y sobretodo dependiendo de las necesidades de nuestros alumnos/as.

    El curriculum nos debe servir de guía para la consecución de las competencias básicas de los alumnos, y nos debe ayudar para la creación de nuestras actividades (teniendo en cuenta los objetivos, contenidos, metodología que queremos utilizar…).

    El curriculum nos dice qué deben aprender los alumnos, para nosotras lo importante no son los contenidos sino las destrezas y estrategias que queremos que los alumnos adquieran.